domingo, 15 de febrero de 2009

Capítulo 1. Reacción en cadena: calidad, productividad, reducción de costes, conquista del mercado.

Capítulo 1. Reacción en cadena:
Calidad, Productividad, Reducción de Costes,
Conquista del Mercado.


Se dice que la productividad y la calidad son incompatibles, que no se pueden tener ambas: si se avanza en la producción, se resiente la calidad.

Una definición de la relación entre la calidad y la productividad la dio el Dr. Yoshikasu Tsuda quien dijo que la industria occidental queda satisfecha con mejorar la calidad solo hasta el nivel en el que las cifras despejen las dudas sobre el beneficio económico de seguir mejorando; por el contrario, los japoneses siguen adelante y mejoran el proceso haciendo caso omiso de las cifras, mejorando así la productividad.

En Japón, cerca de la década de los 50, los directivos de muchas compañías adoptaron un diagrama de flujo que mejoró la calidad y la productividad: como entrada al proceso, se encuentran los materiales, los cuales debían ser mejorados. La calidad debía ser orientada a las necesidades del consumidor.
La calidad empieza con la idea, la cual es establecida por la dirección. Los ingenieros deben traducir la idea a planes.

Mejorar el proceso por medio de la innovación. El control estadístico abre las puertas a la innovación en ingeniería, sin este, el proceso sería caótico e inestable. Una vez logrado el control estadístico, los ingenieros se vuelven innovadores y creativos. Ahora disponen de un proceso identificable.

La baja calidad significa costes elevados. Los defectos no salen gratis. El coste de reprocesos es solo una parte del coste de la mala calidad. La mala calidad engendra mala calidad y disminuye la producción a lo largo de toda la línea y parte del producto defectuoso sale por la puerta, hasta llegar a manos del cliente. Hay un efecto multiplicador de un cliente disgustado.

La respuesta no la tienen las nuevas maquinas ni aparatos. El retraso de la productividad americana se ha atribuido a no haber instalado nuevas maquinarias y equipos de último modelo de automatización. Sin embargo, los aparatos para la sistematización y los registros automáticos no son la repuesta. Algunos aparatos pueden incrementar la productividad lo bastante como para pagar el gasto, pero el efecto conjunto de las nuevas maquinarias, aparatos e ideas brillantes constituyen un paquete pequeño comparado con los beneficios en la productividad que lograrán los directores de las compañías que sobreviven a la decadencia.

Empresas de servicios. Con el tiempo, la mejora de la calidad alcanzará también a las empresas de servicios, no solo a la fabricación de bienes y alimentos. En Japón, muchas empresas de servicios han hecho mucho por mejorar su productividad desde los años 50.

La medida de la productividad no hace mejorar la productividad. Es importante tener medidas de la productividad para hacer comparaciones de la misma, sin embargo, las cifras no ayudan a la mejora.
Por otra parte, el estudio ordenado de la productividad para averiguar si una actividad dada es coherente con el objetivo de la organización, y lo que está costando, puede ser de gran ayuda para la dirección.
Los productos no pueden considerarse sin tener en cuenta los objetivos para los que se han diseñando.
Del libro Calidad, Productividad y Competitividad. Deming, Edwards.

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